Quisiera decir que la travesía a Puerto Rico comenzó conmigo, pero, sería negligente de mi parte no reconocer a mi abuelo Eddie Ishay Sr., el embajador de Puerto Rico en nuestra familia desde los 1970, cuando todo comenzó. Fue mi abuelo, fallecido el año pasado, quien se aseguró de que nuestra familia viajara con frecuencia a Puerto Rico para pasar tiempo juntos. Él es la razón por la que la Isla ocupa un lugar especial en nuestro corazón.

Fue durante un viaje al Viejo San Juan en noviembre 2018 que se abrieron mis ojos a la posibilidad de desarrollar aquí. Estaba finalizando mi Maestría en Desarrollo en NYU y había adquirido una nueva apreciación por el Viejo San Juan, su increíble arquitectura, belleza y formas artísticas que acentuaban su historia. Conocí a algunos puertorriqueños residentes en la vieja ciudad y noté que era una comunidad orgullosa, y genuina, lo que resuena con mi personalidad. Fui criado en un hogar modesto, moldeado por valores y tradiciones familiares originadas en España.

En este viaje, encontré un edificio abandonado, en la entrada al Viejo San Juan, que tenía tanto carácter, pero estaba dilapidado y vandalizado. Tenía curiosidad, e investigué. Me sorprendió la respuesta recibida por todos: “Eddie, no toques el Hotel Normandie, es imposible”. También me compartieron su deseo de verlo restaurado nuevamente.

En mi descubrimiento, entendí que el hotel realmente era incapaz de sostenerse si se mantenía como está. Me quedó claro por qué había estado cerrado más años que abierto. Para que sobreviviera, necesitaba suficiente estacionamiento para dar la bienvenida a sus visitantes, acceso directo a la playa pública para cumplir con los estándares de los huéspedes, reubicar el salón de baile del sexto piso para aliviar el ruido y mejorar la experiencia. La viabilidad del proyecto dependería de encontrar una solución a estos factores. Esta solución dependía del apoyo de todas las partes interesadas del proyecto: el Instituto de Cultura (ICP), SHPO, el Municipio de San Juan (MSJ) y la comunidad. Si no podíamos lograr esta hazaña, no íbamos a comprar la propiedad.

Comencé a reunirme con la comunidad en el 2019, antes de comprar la propiedad. Desde hace tres años, he podido conocer a mis vecinos, algunos de los cuales considero amigos queridos. He tenido el privilegio de bucear con Alberto Martí de Scuba Dogs en el Escambrón, boxear con Chicky Starr, Jr. bajo las gradas del Sixto Escobar, dialogar con Germán Lubary del SJ Football Club, recorrer el hotel con Luis Alberto Maldonado y los Héroes del Normandie, reunirme y conocer a muchos grupos comunitarios que disfrutan del área. Nuestros vecinos y líderes comunitarios son de vital importancia porque llevan muchos años en la zona.

En 2019, comenzamos a reunirnos con miembros del ICP, SHPO y MSJ, quienes se expresaron impresionados con la visión y seriedad con la que hemos estado trabajando este proyecto. Contratamos a la firma de arquitectos Marvel, reconocidos por su trabajo en la resurrección del Hotel Condado Vanderbilt y La Concha, así como algunos hoteles emblemáticos en Nueva York. Como puertorriqueños orgullosos y profesionales minuciosos, Marvel nos ha ayudado ante el desafío de equilibrar los requisitos de OGPE sobre códigos de construcción, del ICP/SHPO en cuanto a la preservación histórica, y nuestro requerimiento de respetar a la comunidad y los espacios públicos.

Desde el 2019, mi mensaje ha sido consistente sobre este desarrollo. Nuestra misión es restaurar el Hotel Normandie para que pueda servir como una joya de la corona de San Juan. Que su espectacular vecino, el Escambrón, originalmente visualizado como extensión del hotel, pueda prosperar y florecer como parque. Nuestra visión de Escambrón Unido consiste en una relación simbiótica para prosperar juntos responsable y respetuosamente. Contrario a la desinformación diseminada, los terrenos e instalaciones, ahora en ruinas, permanecerán abiertos como hasta ahora y seguirán siendo públicos, pero mejorados. El concreto no reemplazará la vegetación, pues el nuevo estacionamiento público, que también servirá a la comunidad, se colocará debajo de la pista permitiendo parque y parking para su uso sostenible y eficiente, facilitando el disfrute público. Hemos dedicado incontables meses estudiando el impacto ambiental del proyecto y las condiciones de la zona. El Parque del Escambrón se revitalizará responsablemente.

Desafortunadamente se ha divulgado información incorrecta, no se solicitó a nuestro equipo que comentara y se celebraron audiencias sin invitarnos a participar. Esto está fuera de mi control, pero pido una oportunidad justa para presentar la verdad. Agradezco a amigos mencionados anteriormente, por expresarse voluntariamente, por sus acciones en favor de este proyecto y por su apoyo a pesar de las críticas malintencionadas hacia ellos y su reputación.

Reconozco que todavía muchos creerán que el Hotel Normandie es imposible de rescatar. Me entusiasma la oportunidad de mostrarles que es viable, y es un privilegio asumir esta inmensa responsabilidad. Nuestra intención es restaurar uno de los edificios más emblemáticos del país, en la entrada del Viejo San Juan, como símbolo de fuerza y resiliencia. Un proyecto que puede servir de homenaje a mi abuelo, Eddie Ishay Sr., quien fue un ejemplo vivo de fuerza y resiliencia. Una persona que hizo que Puerto Rico se sintiera como el hogar para mi familia, donde atesoramos buenos recuerdos, un lugar que nunca he sentido como ajeno. Un proyecto que vivirá más allá de nuestra familia, que renacerá fuerte y atemporal para el disfrute de las generaciones por venir. Los invito a acompañarnos en esta travesía. ¡Gracias!

La restauración del Hotel Normandie es un proyecto emblemático, que simboliza el potencial de recuperación de nuestra isla. Ciertamente, el edificio y su entorno son espacios sagrados, con un incalculable valor cultural e histórico.

Como arquitectos, estamos enfocados en el desarrollo de comunidades y la conservación del patrimonio puertorriqueño. Es por eso por lo que hemos contribuido nuestro talento para preservar el Hotel Normandie y el Parque del Escambrón como joyas arquitectónicas para el uso de todos.

Nuestra trayectoria profesional en Puerto Rico incluye la restauración de los icónicos hoteles Condado Vanderbilt y La Concha en San Juan, y de múltiples espacios públicos, como El Portal de El Yunque. Los mismos representan ejemplos vivos de cómo rehabilitar un hotel histórico y urbano con éxito en el mundo contemporáneo y de espacios públicos importantes del país. Como parte de dichas restauraciones en Condado, se abrieron nuevos espacios comunes, creando mayor acceso público a la playa, incrementando la oferta de estacionamiento y añadiendo más habitaciones para huéspedes.

Todas esas restauraciones se completaron siguiendo el requerido proceso de diseño y permisos, el cual se abrió para comentarios y revisión pública. Profesionalmente, hemos adoptado este modelo para que sirva como hoja de ruta en la restauración del Normandie también. Este proceso contará con el cuidado, transparencia y tiempo necesario para lograr el resultado que todos deseamos: un proyecto exitoso que sea el orgullo de Puerto Rico.

Al repasar sus 80 años de historia, es una triste realidad que el edificio del Hotel Normandie haya estado cerrado más de la mitad de su vida. Esto no es justo para la ciudad de San Juan; tampoco lo es para Puerto Rico. Su privilegiada ubicación en la entrada a la Isleta de San Juan y sus entornos en el Parque del Escambrón son únicos, pero su deterioro, limitaciones de espacio y acceso obstaculizan su potencial. A diferencia de otros hoteles cercanos, el Normandie no tiene acceso a una playa, ni estacionamiento suficiente para apoyar una operación hotelera y los usos accesorios que ella conlleva.

 Construido veinte años antes que el Caribe Hilton, el Normandie originalmente poseía un jardín grande bordeando el edificio, el cual retuvo durante sus primeros años. En los predios cercanos, operaba el Escambrón Beach Club, lugar donde cientos de sanjuaneros y huéspedes del hotel disfrutaron de días enteros en la playa. La eventual demolición del Escambrón Beach Club y el cierre de la playa del Caribe Hilton al público en general afectó también al Hotel Normandie enormemente. Nuestro proyecto contempla remediar esta situación mejorando el acceso público a la playa y asegurando que el entorno playero es atractivo para huéspedes, visitantes y el público en general. 

 Nuestra propuesta para rehabilitar esta joya arquitectónica debe servir como ejemplo del apoyo necesario público y privado. Tanto el hotel como el parque necesitan estacionamiento. Algunos visitantes estacionan ahora en áreas verdes, que no son aptas para ese uso, y cuya práctica no respeta el parque. El estacionamiento debajo del área de la pista y campo es arquitectónicamente viable y no eliminará espacio para deportes, ni limitará el acceso público a la playa. Al igual que en la “Ventana al Mar” de Condado, se abrirá en el área del Escambrón un mayor acceso a la playa para los visitantes y residentes de comunidades cercanas. Asimismo, el proyecto ayudará económicamente a la isleta y al Viejo San Juan, ampliando la oferta turística y el estacionamiento existente fuera del casco histórico, al igual que generando nuevas contribuciones al erario y creando nuevos empleos. 

 En otras ocasiones hemos perdido estructuras históricas de alto valor, como el antiguo Oso Blanco, porque se careció de una visión para rescatarlas. No permitamos que el Hotel Normandie corra la misma suerte. Todas las principales ciudades del mundo tienen símbolos arquitectónicos que les caracterizan. El Hotel Normandie y su entorno pueden servir como modelo de desarrollo sostenible, evitando que permanezcan en un estado de franco deterioro. Imaginemos un futuro con una nueva entrada a San Juan, con las características necesarias para salvar el uso de un valioso espacio público y al mismo tiempo potenciar su desarrollo cultural, deportivo, económico y comunitario.